Ana Brandusescu (McGill University)
Michael Canares (StepUp Consulting)
Silvana Fumega (ILDA)

 

En junio de 2020, tuvimos la oportunidad de sumarnos a una discusión sobre contrataciones abiertas e inclusión organizada por HIVOS. Las personas en ese llamado compartieron sus reflexiones sobre un artículo recientemente publicado por Michael Canares y Francois van Schalkwyk que forma parte de un conjunto de artículos de investigación,  a iniciativa de Hivos, en la intersección de la contratación pública, inclusión y participación. ILDA acaba de publicar un artículo sobre inclusión en América Latina y próximamente publicará otro sobre contrataciones abiertas y participación en la misma región. Este blog-post es una reflexión inspirada en aquella conversación del mes de junio(*).

 

Los estándares de datos abiertos son políticos, pero se construyen en espacios técnicos que parecieran estar desprovistos de implicaciones políticas o sociales. A menudo, lo que se prioriza en su diseño es la interoperabilidad técnica, no la comprensión humana. A veces nos enfocamos tanto en construir la tecnología que nos olvidamos de enfocarnos en el poder y abordar las nuevas dinámicas de poder formadas. 

La estandarización es más que un proceso técnico. Es un ejercicio que permite reconsiderar la producción y el uso de datos. Los estándares no solo están dando forma a cómo se producen los datos, sino que también están colaborando con cambios silenciosos y localizados en las burocracias (**). Por lo tanto, es importante no solo entender cuán poderosos pueden ser los estándares de datos abiertos en la creación de cambios, sino también abordar algunos de los desafíos que forman parte de su diseño e implementación (***).

Un desafío importante son los daños que pueden ocasionar los sesgos al diseñar un estándar de datos abiertos (****). Los sesgos tienen múltiples capas y se manifiestan de diferentes maneras. Cada persona acarrea sus propios prejuicios y los experimenta en su vida diaria. Pueden ser de género, raza, edad y clase, entre otros, y pueden provocar diferentes tipos de discriminación. Por ejemplo, los sesgos se manifiestan en cómo se configuran los procesos de diseño. Los estándares de datos abiertos son un campo con territorios como muchos otros. Una mujer podría convertirse en experta en género en una organización porque es mujer. Sin embargo, es probable que no se le dé la misma oportunidad de avanzar en una función técnica, como es la construcción de un estándar. Eso requiere experiencia en el dominio que, se argumenta, es diferente.

Algunos/as de nosotros/as que hemos sido testigos de cómo se configuran los estándares, hemos visto que el establecimiento de estándares es un ejercicio político, donde cada participante no solo tiene un conjunto de prejuicios, sino también intereses, muchas veces condicionados por las organizaciones que representan. Quienes hablan más alto entre los que están sentados en una sala de talleres son los que se escuchan. En algunos casos, escuchar una voz en particular y considerarla depende de lo que aporta el propietario de esa voz. ¿Trae consigo recursos económicos? ¿Su organización financió el taller de normas? ¿O su organización representa una coalición de actores importantes de los que depende la aplicación de los estándares y su éxito potencial? El desequilibrio en las estructuras de poder a menudo obstaculiza el libre intercambio de ideas y el papel de los facilitadores en romper las nociones de poder e impotencia entre los diferentes participantes es crucial.

La demografía de las personas que diseñan estándares de datos abiertos era y sigue siendo en su mayor parte masculina, blanca y del norte global. A pesar de que estas personas a cargo del diseño de estándares de datos abiertos han invitado a otras varias a participar en el proceso de diseño, nos preguntamos: ¿Cómo fueron invitados a ser parte del proceso? ¿Cuál es su rol/es en el proceso de diseño? ¿Fue su participación un pedido de última hora? Si se invita a grupos generalmente marginalizados y sectores subrepresentados a estas discusiones, ¿la intención es realmente incluir sus puntos de vista o simplemente cumplir con las estadísticas de inclusión? A pesar de que cuando miramos la diversidad y la representación en números, la imagen parece ser inclusiva en conferencias, talleres y eventos, en muchos casos, el diseño de estándares de datos abiertos se realiza a puertas cerradas. No hay panel. Posiblemente un taller, pero ¿a quién se invita? ¿Quién se suma realmente? ¿Qué voz se escucha e incluye? ¿Cuán participativos son estos ejercicios? ¿Quién está en la mesa cuando no hay nadie para tomar una foto?

Es fácil pensar que los estándares de datos abiertos siguen siendo los mismos cuando el proceso de diseño ocurre a puerta cerrada. Incluso si hay motivos bien intencionados para abrir estándares, el grupo que creó este movimiento fue y sigue siendo homogéneo. Sin embargo, dado el poder de los estándares, ya no es aceptable discutir o diseñar estándares con una sola voz, sin importar de quien sea. Advertimos que hay una delgada línea que separa el estar realmente incluido/a y ser incluido/a como un símbolo en una conversación técnica sobre estándares. Por esta razón, debemos resistir el sexismo, el racismo y el colonialismo en sus múltiples formas. Las mujeres no deberían ser las únicas en hablar de género. Las personas de color no deberían ser las únicas en hablar de raza. Las personas del sur global no deberían limitarse a una perspectiva del sur global. Al diseñar estándares de datos abiertos, necesitamos todas las voces posibles en la mesa para brindar su experiencia, técnica y más allá, para ser escuchadas y escuchadas.

Proponemos tres dimensiones para el marco inclusivo por diseño, una invitación a conversar:

 

  1. Incluir múltiples perspectivas en el proceso de diseño

Al diseñar estándares o cualquier otra herramienta, cada decisión tiene el potencial de incluir o excluir a personas y grupos sociales. Estas decisiones deben tenerse en cuenta al comienzo de estos procesos de diseño y no como una consecuencia deseable que no se calcula de antemano. Esta diversidad de opiniones y visiones del mundo debe incluirse no solo como una consulta sobre el producto final, sino entendiendo que estas voces deben ser parte del proceso creativo.

A pesar de esta necesidad de incluir tantas voces como sea posible, somos conscientes de que no es factible incluir todas las voces. Por lo tanto, debemos esforzarnos por incluir tantas perspectivas como sea posible, que sean relevantes para el ejercicio, y tomar una decisión consciente desde el inicio del proyecto. En este sentido, las preguntas básicas que necesitan respuesta:

  • ¿Quién está en la mesa? – si bien es imposible considerar e invitar a todos, tiene que haber una racionalización de quién debe estar allí. Además, también es necesario ser explícito y transparente sobre quién toma estas decisiones y por qué.
  • ¿Cuáles son los roles de las personas en el proceso de establecimiento de estándares? ¿Todos participarán? ¿Cómo se consideran sus aportes?
  • ¿Cómo involucramos tantas perspectivas como sea posible? ¿Habrá ciclos de retroalimentación? ¿Cómo se lleva a cabo la consulta con quienes están fuera de las personas sentadas en la mesa del taller? ¿Cuáles son los criterios para tomar las decisiones técnicas finales?
  • ¿Cuáles son las necesidades identificadas por la gente, los grupos que representan y la comunidad ampliada de expertos que participaron en talleres y eventos?

 

  1. Considerar múltiples usuarios, sus contextos y sus diferentes necesidades en el establecimiento de estándares

Dado que los estándares afectan a diferentes países, gobiernos y entidades, los creadores de estándares deben tener en cuenta cómo impactarán en las distintas experiencias de implementación, los costos de cumplimiento y los desafíos contextuales que enfrentan estos países. Los estándares de datos desarrollados en el pasado parecen no tener en cuenta que las estructuras de datos, los sistemas de gestión de los países son significativamente diferentes, e incluso la legislación. Por ejemplo, los marcos legales y las prácticas existentes a tener en cuenta a la hora de pensar el estándar de datos abiertos creado para registrar feminicidios en América Latina, difieren de un país a otro (Fumega, Scrollini y Rodríguez, 2017). Esto plantea varias preguntas:

  • ¿En qué estándar legal se piensa y los estándares técnicos de quién estamos utilizando? ¿Qué hacemos con las diferencias en los regímenes legales y las diferencias en las capacidades técnicas?
  • ¿Cómo incluimos las diferencias en los contextos en los estándares que proponemos? ¿Cómo equilibramos la universalidad con la contextualidad?
  • ¿Cómo estandarizamos las metodologías?

 

  1. Ser explícito sobre los roles y las relaciones durante la implementación

Para garantizar la sostenibilidad en todo el proceso, recomendamos un ciclo de retroalimentación antes y después de su implementación de forma ágil. Esto no se puede lograr sin establecer roles y relaciones claras. También se necesitan marcos claros para comprender y respaldar el papel que se espera que desempeñe cada actor. Esto incluye conciencia, introspección y análisis de las visiones del mundo que aportan quienes diseñan el estándar. Debemos tener en cuenta cómo afectará el estándar a las distintas experiencias de implementación, los costos de cumplimiento y los desafíos contextuales que genera el ecosistema general de la entidad sobre la que se está construyendo. Por tanto, es importante saber:

  • ¿Cuáles son las expectativas?
  • ¿Cuáles son los roles y responsabilidades de cada uno de los actores involucrados?
  • ¿Cuáles son los incentivos para cada actor?
  • ¿Cuáles son los recursos disponibles?

 

Estas son algunas de las preguntas que deben responderse. Entonces, ¿estamos todos en la foto? La respuesta corta es no. Para ser verdaderamente inclusivo, la implementación de estándares y sus políticas deben multiplicar las voces desde el principio del proceso de diseño para ayudar a resolver los problemas de muchos, no solo de unos pocos. En esta reflexión, hemos incluido algunas recomendaciones, basadas en nuestra experiencia. Sin embargo, de manera similar a nuestro llamado a los procesos de diseño de estándares de datos abiertos, necesitamos tantas voces como sea posible. Por lo tanto, queremos una conversación abierta para intentar encontrar algunas respuestas y aportar más puntos de vista a este campo. Te sumas? 

 

 

(*)Queremos agradecer los valiosos comentarios de Jorge Florez a un borrador de este blog-post.

(**) Ver Fumega, Scrollini y Rodríguez (2017). Un resumen: http://www.gencat.cat/eapc/epum/N7/pdf/EPuM7Fumega.pdf

(***) Observamos las limitaciones de este campo. Primero debemos comenzar con una mayor inclusión en el grupo de personas para las que este tema es relevante.

(****) El sesgo es una interferencia basada en un prejuicio o una idea preconcebida debido a una cosmovisión específica.