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América Latina es una de las regiones donde la agenda de datos abiertos y tecnología cívica presenta un alto nivel de discusión, promoción y adopción. Estos debates ya no se encuentran enmarcados como ejemplos de países en desarrollo que intentan seguir la agenda de países desarrollados, sino como actores con peso propio y que aportan al diálogo global en un nivel de paridad. La última Conferencia Internacional de Datos Abiertos (IODC1 ), que fue organizada en Argentina -por primera vez se mueve de los países del Norte Global-, es una muestra de ello. Asimismo, en las últimas ediciones de las 2 mediciones más importantes en la materia (el Open Data Barometer2 y el Open Data Index3) al menos 6 países de la región se encuentran dentro de los 20 mejores en el ranking del mundo. A su vez, América Latina es también la región que presenta el mayor número de adherentes a la Carta Internacional de Datos Abiertos. Sumado a ello, los gobiernos de esta región se han mostrado, en mayor o menor medida, receptivos a trabajar en la agenda de datos abiertos para luchar contra fenómenos tan complejos como la corrupción entre otros temas claves (Scrollini 2018, 24 de abril).

Estos avances en la agenda de datos abiertos y tecnología cívica se deben al accionar de una multiplicidad de actores que incluyen a líderes de gobierno, sociedad civil, innovadores sociales, el sector privado, la academia, organismos internacionales e inversionistas de impacto social. Las sucesivas ediciones de AbreLatam y ConDatos 4-dos eventos regionales, consecutivos que, desde 2013, han sido catalizadores de la construcción de una comunidad de datos abiertos y tecnología cívica latinoamericana- se presentan como claros ejemplos de los avances de la agenda. Sin dudas, existe una base de iniciativas, promoción y políticas ya instaladas. De todos modos, hay mucho más trabajo por hacer, pues por ejemplo sólo 12 países en las Américas tienen políticas de datos abiertos (Mora y Scrollini, 2018).

En este contexto, en ILDA, pensamos que es importante explorar y conocer no solo los proyectos y organizaciones que están trabajando en el área de la apertura de datos y tecnología cívica, sino también entender qué valor han generado, qué pueden generar en el futuro (o querido generar), con qué tipo de recursos se cuenta, y cuáles son los desafíos más importantes para materializar los beneficios esperados en la región.

Para que la región pueda pasar a un nivel más alto de desarrollo en materia de datos abiertos y tecnología cívica, es necesario tener un diagnóstico del estado actual, de los proyectos y actores y, asimismo, entender los parámetros sobre los cuales evaluamos éxitos, aprendizajes y fracasos. Queremos entender y aprender de los fracasos para saber qué dificultades estructurales impidieron a muchos de estos proyectos continuar.

En este reporte presentamos la necesidad de la existencia de esta herramienta. Primero, abordamos el tema de la tecnología cívica y organizaciones desde un aspecto conceptual Segundo, presentamos datos que son relevantes para el análisis de este ecosistema. Tercero, mostramos casos de estudio que representan a estas organizaciones y finalmente proveemos una serie de recomendaciones para continuar la investigación y avanzar el campo.