Por Ana Gabriel, Policy Lead de Género y Datos
Los datos nos permiten entender el estado de emergencia en el que nos encontramos con respecto a la integridad y disfrute pleno de los derechos de las mujeres, siendo evidencia que nos permita crear las políticas públicas y acciones necesarias para prevenir y erradicar cualquier afectación al disfrute pleno de nuestros derechos. Por ejemplo, en América Latina y el Caribe, una mujer muere por razón de género cada dos horas. Entre el 60% y el 76% de las mujeres y niñas de nuestra región ha sido víctima o ha experimentado algún episodio de violencia de género en distintos ámbitos de su vida. La emergencia de violencia hacia las mujeres y niñas es evidente: en América Latina y el Caribe se encuentran 14 de los 25 países con mayor número de femicidios/feminicidios en el mundo.
En el marco del 8M, desde ILDA queremos compartir una serie de reflexiones, que han sido producto de la inteligencia colectiva en diversos espacios y contextos en los que hemos podido idear y accionar desde la intersección de datos y género. Reconociendo que el valor, uso e impacto de los datos se da en la medida que colocamos a las personas en el centro, y en este caso a las mujeres.
Estas reflexiones dateras feministas las enfocamos en 4 apuestas:
- No más data sobre nosotras, sin nosotras: Desde esta apuesta planteamos dos perspectivas, la importancia de avanzar hacia una estandarización de datos con perspectiva de género y el reconocimiento de la data generada desde las organizaciones de mujeres, comunitarias y feministas.Con respecto a la estandarización proponemos la necesidad de avanzar hacia mínimos deseables que permitan definir con claridad los parámetros éticos y técnicos a la hora de que los Estados e incluso las organizaciones de sociedad civil recolectamos y usamos los datos sobre las mujeres. Esto nos permite tener claras las bases de nuestro trabajo y negociar con las diversas instancias estatales que recolectan y usan datos sobre las vidas, derechos y realidades de las mujeres.Por otro lado, apostamos por el reconocimiento de la data ciudadana y feminista, que se genera de manera cotidiana por activistas, organizaciones, académicas y periodistas con la intención de visibilizar sus realidades y también de accionar estrategias que permitan atender las necesidades de las mujeres. Esta data es tan valiosa como los datos institucionales, porque colocan en el centro las historias que deben ser contadas, desde las vivencias directas de las mujeres, data que en complemento con la gubernamental puede brindar soluciones más integrales e innovadoras a los problemas que aquejan a las mujeres.
- La data como punto de encuentro entre ecosistemas: La creación de comunidades de práctica es una de las prioridades de ILDA, permitiendo el intercambio de conocimiento, estrategias y construcción conjunta de acciones para el uso e impacto de los datos. Y en lo que respecta a nuestro trabajo con organizaciones, activistas y académicas feministas, el trabajo en comunidad y encuentro entre ecosistemas no ha sido la excepción.Hay una experiencia muy valiosa para nosotras en ILDA; el proceso de la creación de un estándar contra feminicidios en el que logramos articular a dateras, académicas, especialistas en género, especialistas en tecnología cívica e instituciones gubernamentales para diseñar una propuesta que permitiera avanzar hacia esos mínimos deseables -mencionados anteriormente- cuando se aborda un tema tan complejo que involucra a diversas instancias gubernamentales, policiales y judiciales involucradas, procurando resguardar un proceso en el que la data es definitoria en la prevención, atención y procesamiento de estos casos.
- Incidencia feminista basada en evidencia: Otra de nuestras apuestas tiene que ver con potenciar el uso de datos en espacios de incidencia global, regional, nacional y local. En nuestro trabajo en conjunto con diversas organizaciones feministas y principalmente con la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, hemos potenciado el valor de la data feminista como evidencia para la incidencia estratégica.La data nos permite entender nuestros contextos, visibiliza las realidades e interseccionalidades que atraviesan a las mujeres y de esta manera podemos identificar hacia donde debemos articular y dirigir nuestros esfuerzos para exigir más financiamiento, políticas y normas que resguarden los derechos y satisfagan las necesidades de todas las mujeres, principalmente de aquellas más excluidas por el sistema patriarcal.En el marco de ABRELATAM se evidenció la relevancia de estos espacios de encuentro entre dateras y feministas para diseñar estrategias que nos permitan identificar actores y espacios de incidencia en los que la data puede provocar una acción diferenciadora.
- Más transparencia feminista para mejores políticas públicas: En ILDA apostamos a que la data nos permita accionar hacia las transformaciones que nuestras democracias necesitan para ser más sólidas e inclusivas. Es por esto que estamos comprometidas con impulsar la transparencia feminista que nos permita conocer el financiamiento, avance y cumplimiento de políticas públicas dirigidas a satisfacer la garantia y respeto de los derechos de las mujeres.
Desde nuestra experiencia, como co-líderes de datos para América Latina en el Marco de Rendición de Cuentas Feminista identificamos el enorme desafío de los Estados de nuestra región de disponer de datos claros, accesibles y desagregados que nos permitan fiscalizar y diseñar soluciones a los principales desafíos y exclusiones que enfrentan las mujeres, principalmente en los temas asociados al proceso de Generación Igualdad. Por ejemplo, para el caso de Guatemala a pesar de que la mayoría de los compromisos hechos en la Acción Coalición de Tecnología e Innovación significa el 75% de los compromisos con financiamiento asegurado, no hay información desagregada para determinar cuánto porcentaje se invirtió en el país o a través de qué instituciones públicas se ejecutaron dichos fondos.
Ante eso, es necesario retomar espacios de encuentro entre instituciones públicas, sociedad civil, academia y otros actores que de manera conjunta diseñen los mecanismos más apropiados para recolectar, analizar y abrir datos con perspectiva de género, los cuales son la base para la co-creación de soluciones y políticas públicas que coloquen a las mujeres en el centro.
Cada 8 de marzo recordamos los desafíos que tenemos por delante y las brechas de género que nos aquejan cotidianamente, es por eso que en este contexto y a partir de estas reflexiones, este 2024, impulsaremos una serie de Diálogos Dateros Feministas, los cuales nos permitirán crear de manera colectiva y entre diversos ecosistemas una propuesta de principios o mínimos deseables que nos permitan avanzar hacia data de calidad, sobre nosotras y con nosotras.
El primero de estos diálogos se llevará a cabo el 21 de marzo, estén pendientes de nuestras redes para que puedan sumarse y ser parte de esta reflexión colectiva.