Para celebrar el Día Internacional de los Datos Abiertos, la OEA, con el apoyo de ILDA, organizó una serie de webinars el pasado 2 de marzo. Cada uno de ellos tuvo como objetivo abrir el debate y la reflexión en diferentes aspectos clave del área de los datos abiertos en la región. El primero se focalizó en las política de datos abiertos, el segundo en el uso de esos datos, y el último en el potencial que tienen los datos para combatir la corrupción.
El primero de esos webinars estuvo dedicado a pensar las Políticas de Datos Abiertos, ya que la región es un actor clave en la agenda global de datos abiertos. En este sentido, cabe destacar que la región es las que presenta mayor número de adherentes a la Carta Internacional de Datos Abiertos (9 gobiernos nacionales y 24 locales). Asimismo, la región se caracteriza por contar con una comunidad de práctica muy fuerte y que se ha desarrollado, mantenido y fortalecido a lo largo de las V ediciones de Abrelatam/Condatos a través de diversos canales informales como telegram, twitter y otras redes sociales.
Este webinar contó con la introducción de Mike Mora (OEA), la participación de Ania Calderón (Carta Internacional de Datos Abiertos), Gabriel Jaures Lucas (Gobierno de Guatemala), Jaime Marizán (Gobierno de República Dominicana) y, por último, las reflexiones de Silvana Fumega (ILDA). En este post incluimos algunas de las reflexiones de ese evento y que pueden servir para futuros desarrollo de políticas en otros países de la región:
-Un denominador de la charla fue el acuerdo sobre la idea de que los datos abiertos POR SI SOLOS NO PRODUCEN CAMBIOS O RESULTADOS INMEDIATOS. Como se mencionaba en la charla, actuamos sobre la base que los datos mejoran la vida de los ciudadanos pero no hay una relación causal directa entre datos y los diferentes objetivos deseados (desarrollo económico, innovación, rendición de cuentas, entre otros). Es decir, Como ya hemos dejado atrás, hace ya varios años el axioma de «publish and they will come», SABEMOS QUE LOS DATOS SON RECURSOS MUY VALIOSOS PERO COMO TALES NECESITAN DE UNA SERIE DE ELEMENTOS Y CONDICIONES PARA QUE SE PRODUZCAN LOS RESULTADOS ESPERADOS.
-Como recomendamos en las mesas de diálogo en países de la región (en las que ILDA participó por invitación de la OEA) para el desarrollo de las políticas, es necesario NO SOLO TRABAJAR EN LA OFERTA SINO TAMBIÉN EN LA DEMANDA DE DATOS. La idea de publicar con propósito, que Ania Calderón menciona en su post y en la charla, se encuentra muy relacionada con esta necesidad de trabajar en la demanda. A modo de ejemplo, ILDA se encuentra trabajando en Colombia junto con la Fundación Avina explorando cómo escalar el uso de datos en materia de salud, siguiendo el ejemplo uruguayo de Atuservicio.uy.
A este punto podríamos añadir que debemos, en términos de fomentar la demanda, salir de los grupos y sectores habituales para explorar nuevos. La apertura de datos es una tarea transversal y que alcanza su verdadero poder cuando se utiliza para mejorar los verticales, los diferentes sectores que forman parte de la vida de los ciudadanos.
-Asimismo, a la hora de diseñar una política de datos es importante pensar en MODELOS DE IMPLEMENTACIÓN GRADUAL. Debido a que la gran mayoría de los países cuentan con recursos económicos, de conocimiento y de infraestructura limitados, es importante prever un periodo, claramente especificado, de transición para poder definir los puntos que necesitan un mayor consenso y para poder comenzar con algunos pilotos que ayuden en la difusión de la agenda (dentro y fuera del sector público).
-Es clave contar con una normativa que establezca DEFINICIONES CLARAS DE LOS CONCEPTOS, ASÍ COMO TAMBIÉN ASIGNACIÓN DE ROLES Y RESPONSABILIDADES. Es decir, que ministerio/secretaría se ocupará de dirigir la implementación de la política, qué datos deberá abrir como mínimo cada agencia, entre otras aclaraciones. Asimismo, se espera que establezca un calendario realista que permita a los departamentos/agencias adaptar su infraestructura y capacidades.
-JUNTO A LA IMPLEMENTACIÓN GRADUAL ES FUNDAMENTAL LA CAPACITACIÓN. En el caso de Costa Rica, luego de la firma del decreto que respalda la implementación de la política, ILDA diseñó y dictó un curso en línea para 150 empleados públicos en Costa Rica (el cual se encuentra llegando a su final en estos días) para que no solo entiendan los conceptos básicos detrás de la apertura de datos sino también la riqueza de los datos en sus propias organizaciones. Asimismo, se le ha requerido a cada alumno pensar proyectos de uso de esos datos, que pueden implementarse en el futuro cercano.
-Por otra parte, es importante pensar en ECOSISTEMAS DE INFORMACIÓN Y DATOS (flujos al interior del Estado y entre el Estado y sociedad civil). Las leyes y plataformas de acceso y las políticas y portales de datos abiertos, como se mencionó en la presentaciones de Guatemala y República Dominicana, son herramientas que presentan características diferentes pero que deben ser pensadas en el marco de un mismo paquete de recursos y que deben ser implementados en forma conectada, en sincronía.
-Por último, ES NECESARIO DELINEAR LA METODOLOGÍA PARA EL MONITOREO Y EVALUACIÓN DE LA POLÍTICA DE DATOS ABIERTOS. La evaluación de una política nos puede brindar información acerca del éxito de la misma, así como también sobre los obstáculos como los elementos que facilitaron dicha implementación. En muchos casos se suelen mencionar los objetivos últimos y de largo plazo (outcomes) pero no se establecen claramente los objetivos a corto y mediano plazo/resultados (outputs), junto con los recursos y tiempos necesarios para alcanzarlos, para que luego puedan ser debidamente monitoreados y evaluados. Esto es necesario si queremos dejar de repetir frases hechas y queremos empezar a hablar de resultados concretos. Debemos ser realistas y entender las oportunidades pero también las limitaciones.
Esperamos que algunas de estas reflexiones, que solemos compartir en las mesas de diálogo, despierten la curiosidad e interés de aquellos que en un futuro se encuentren diseñando políticas de datos como la de aquellos que están ávidos de demandar datos de calidad que permitan, en el largo plazo, mejorar la vida de todos.