Puedes encontrar la versión en inglés de este post en la página de la Fundación para el Conocimiento Abierto

Por Manuel Barros de la Fundación Ciudadano Inteligente

 

Desde su constitución como fundación, uno de los pilares en Ciudadano Inteligente ha sido contribuir al fortalecimiento de la democracia a través del uso creativo de las tecnologías de la información e, inevitablemente, esta misión ha estado siempre fuertemente vinculada al uso de datos -en cualquiera de sus formatos- y a la disponibilidad y accesibilidad de éstos.

El open data, aunque todavía un mundillo reservado a algunos pocos nerds y, por lo mismo, difícil de digerir para la gran mayoría, es un movimiento y una manera de entender los datos de utilidad pública (y sobre todo su disponibilidad) que, en la práctica, está directamente relacionado con nuestras vidas como ciudadanos; Es una filosofía que, de emplearse amplia y correctamente, puede generar provechosos beneficios para la sociedad en su conjunto…¡y eso es lo que nos interesa transmitir como fundación!

Por eso, el pasado sábado 5 de marzo decidimos celebrar el Día de los Datos Abiertos de una manera completamente distinta a lo que se acostumbra.

En esta celebración, realizada anualmente hace ya varios años, se suelen llevar a cabo en todas partes del globo charlas y hackatones que lamentablemente, debido a su alto nivel de tecnicidad, son de difícil acceso para la mayoría de las personas. Actividades que, aunque muy provechosas y divertidas, redundan en el mismo círculo de interesados en este tipo de temas (nerds, geeks y otros astronautas de la atmósfera open).

Esta vez, en cambio, decidimos llevar la filosofía “open” a la calle.

Sí, ¡a la calle!

¿Cómo lo hicimos? Muy simple. Instalados en un paseo peatonal del Parque Quinta Normal en la comuna de Santiago, invitamos a los transeúntes a colaborar en el mapeo del barrio y sector ampliado que rodea a dicho parque, con la idea de construir un mapa físico colaborativo que luego ingresaría como data a los registros de OpenStreetMap (allí mismo, en un par de computadores habilitados) para realizar una contribución colectiva a un mapa abierto y, de paso, aprender sobre los datos abiertos y los conceptos que lo rodean

Así las personas fueron acercándose a nuestro stand (o llevadas forzosamente por nuestro equipo de evangelizadores) y usando stickers de colores fuimos entre todos sumando restaurantes, talleres de bicicleta, centros culturales, colegios, tiendas y una serie de otros puntos al mapa físico, mientras otros los ingresaban al mapa online.

¡Los resultados fueron mejores de lo que esperábamos! Muchas personas se interesaron y participaron de la actividad. Todos se fueron con una idea más clara de lo que es el open data (gracias a los super trípticos que repartimos) y algunos, incluso, aprovecharon los datos ya incorporados al mapa físico para decidir dónde ir a comer o tomarse algo esa misma tarde.

Hoy, el mapa de OpenStreetMap cuenta con más y mejores datos en la zona de los barrios Yungay, Brasil y Mapocho.
¡Todos compartimos, todos usamos, todos ganamos! De eso se trata el movimiento de los datos abiertos y eso fue lo que quisimos hacer para celebrar su día. Es de esperar que más acciones de este tipo se realicen desde la ciudadanía y los sectores público y privado. Es necesario ampliar el debate y, sobre todo, poner los datos en uso, porque no basta con abrirlos.