¿Cuántas mujeres mueren violentamente por causas relacionadas con su género en nuestras sociedades? ¿Dónde? ¿De qué formas? ¿Cómo nos informamos de esto y de qué forma podemos activar partes clave de nuestra sociedad para enfrentar el problema? ¿la generación de datos e información pueden ayudarnos a crear estrategias, soluciones y conciencia sobre este problema? Son preguntas difíciles que, desde el año pasado, venimos pensando junto a varios colegas en ILDA.

En un post anterior les comentamos sobre nuestros planes de trabajar en un estándar de datos de femicidios en la región. Esta tarea se conecta con nuestro trabajo general sobre estándares de datos y su potencial para promover el cambio social.

En particular, durante dos reuniones en 2017 – la primera en México, en abril, y luego el taller en Costa Rica, en agosto- trabajamos sobre la necesidad y posibilidad de desarrollar un estándar para datos de femicidios en la región. Las principales conclusiones de esa última reunión se pueden encontrar en el informe que escribimos junto con Gabriela Rodriguez y Fabrizio Scrollini.

En ese informe incluimos algunas de las consideraciones mínimas que tendría este ejercicio de desarrollo del estándar, así como el propio estándar. Ellas eran:

– Debe basarse en las necesidades identificadas por quienes participaron en el taller y una comunidad ampliada de expertos;

– Debe tener un mecanismo de iteración que permita la retroalimentación y su mejora, luego de su implementación, de forma ágil;

– Debe estar diseñado de forma que tecnológicamente permita su adopción por cualquier plataforma o tecnología;

– Debe ser licenciado de forma abierta a los efectos de promover su propagación; y

– Debe tener en cuenta los marcos legales existentes y las prácticas, a los efectos de inspirarse en las mismas, para promover su iteración.

Con todas esas ideas en mente y otras generosas contribuciones de expertos en el tema, comenzamos este 2018 con mucha energía y buenas noticias al respecto. Luego del informe, con el apoyo de IDRC y Fundación Avina, pusimos manos a la obra para identificar dónde y cómo realizar el primer piloto que contribuya a sistematizar los datos existentes, como así también promover un debate informado necesario sobre este lamentable fenómeno social. En ese contexto, Sandra Elena, coordinadora del programa Justicia Abierta del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Argentina, nos manifestó el interés en formar parte de este proyecto.

En enero 2018, Gabriela Rodríguez inició la tarea de desarrollar el primer borrador de lo que, luego de la retroalimentación, será la primer versión del estándar. Debido a que una de las principales características de todo este proceso fue la construcción participativa de las ideas, este primer borrador fue puesto a consideración de los participantes del taller realizado en Costa Rica, junto a otros profesionales en el tema. Durante el mes de marzo vamos a abrir este proceso a una comunidad de práctica ampliada (déjanos saber si te interesa a silvana@idatosabiertos.org)

Luego del proceso de retroalimentación y de un diagnóstico de los datos enviados por las provincias argentinas al Ministerio de Justicia, esta primera versión del estándar de femicidios será compartido con las autoridades provinciales encargadas de recabar estos datos. Con la idea de generar conciencia acerca de la importancia del tema y de la importancia de contar con datos estandarizados en cada uno de los países de la región, se realizará un taller en la Ciudad de Buenos Aires en el mes de abril y se seleccionarán las provincias que actuarán como los primeros pilotos de la implementación del mismo. Como parte de las tareas de discusión colectiva de las ideas, gracias a la generosa invitación de Artigo 19, estaremos interactuando, en la Ciudad de San Pablo, con miembros del gobierno y activistas el próximo marzo.

Aún queda mucho camino por transitar y muchas preguntas por responder. Dentro de este camino de construir las ideas y herramientas entre todos, también creemos que los procesos de gobierno abierto, generalmente enmarcados en los procesos de la Alianza por el Gobierno Abierto (AGA u OGP por sus siglas en inglés), tienen un gran potencial para estructurar diálogos que avancen sobre este tema. ¿Pero cómo se estructuran esos diálogos? ¿A quiénes y cómo se debe involucrar a nivel nacional y local? ¿Y más allá de producir datos y acceder a determinada información, como lucen procesos que genuinamente ayuden a empoderar a esos actores a través de un proceso de co-creación y estandarización? En América Latina existen procesos que permiten explorar este tipo de preguntas y de esa forma fortalecer los procesos de gobierno abierto.

Tenemos mucho entusiasmo con esta primera fase de implementación del proyecto y les vamos a ir contando más en los próximos meses. Mientras tanto, ya saben donde encontrarnos!

 

 

Crédito de la foto: Fósforo