Maria Esther Cervantes
Investigadora ILDA
Programa Proxima Generación 

La migración es un tema que me ha interesado desde mucho antes de conocer el ecosistema de datos abiertos. En México, la migración está en todos lados — no conozco muchas personas que no tengan familiares del otro lado. Al pensar en migración, muchas veces tenemos una idea de la búsqueda voluntaria de mejores oportunidades en otro país para el bienestar de nuestra familia. Esto ha ido cambiado en los últimos años, con el endurecimiento de las políticas migratorias alrededor del mundo, particularmente en Estados Unidos, y nos hemos visto enfrentados a reconocer que la realidad de la migración es que es un fenómeno complejo que supera las narrativas comunes. Dependiendo del enfoque académico, algunas personas que estudiamos el fenómeno de la migración lo entendemos por medio de las políticas migratorias que la regulan: migración económica, de reunificación familiar, migración irregular, y la migración forzada que puede ser en forma de asilo o refugio. 

 

 

Al comenzar esta investigación, sabía que los retos de la migración en América Latina — fuera de la emigración — no necesariamente se entienden como retos de asimilación o integración que se discuten con frecuencia en el “Norte Global”. El acercamiento que he tenido tanto personal como académicamente al estudio de la migración está influenciado por mi entendimiento de esta como la búsqueda de mejores oportunidades “del otro lado. En mi tesis de maestría estudié la migración calificada de Mexicanos a Vancouver, Canadá, pues considero que estudiar desde el privilegio es una herramienta para identificar cómo funcionan los sistemas cuando en teoría cumples con todos los requisitos impuestos por el Estado para ser considerado un “buen” migrante. Las noticias en la región, específicamente en México, demostraban un interés mayor en la migración de tránsito, particularmente a partir de las primeras Caravanas de Migrantes que transitan desde el sur de México con el fin de llegar a Estados Unidos, enfrentándose en el camino a las autoridades mexicanas y en algunos casos al narcotráfico. Con cada visita a Monterrey, ciudad en el noreste de México, a 2 horas de la frontera con Estados Unidos, podía observar que la migración de tránsito se volvía más visible, con cientos de personas migrantes reuniéndose cerca de las vías del tren y en las calles de la ciudad. Sin embargo, que un fenómeno sea visible para la población no necesariamente refleja su visibilidad en las políticas públicas, pues como sabemos, para que se reconozca la existencia de algo hay que poder contarlo. 

 

 

Con esto en mente, comencé esta investigación con el interés de estudiar el tema de migración desde los datos abiertos, con la idea de que el problema principal era que en México no existen datos abiertos sobre el tema y los datos que existen generalmente cubren solamente las entradas y salidas del país. Sin embargo, en el proceso de investigación, me di cuenta que mi interés estaba sesgado con el enfoque a la migración hacia el Norte del continente, y centrada en México. Al identificar estos sesgos, me di cuenta que esta investigación podría beneficiarse de expandirse fuera de Monterrey para poder entender mejor el fenómeno de migración en la región.

 

Debido a la complejidad del tema, y gracias a los comentarios de Silvana y Javiera, decidí acotar la investigación a lo que Tapia (2017) y Dill (2008) llaman “regiones transfronterizas” o “conglomerados urbanos transfronterizos” es decir, territorios urbanos cerca de fronteras internacionales donde la migración es más activa debido a una combinación de cercanía económica, social y política. 

 

Es por esto que esta investigación se enfoca en tres casos de estudio: Monterrey (México); Cúcuta (Colombia) y la Región Huetar Norte de Costa Rica. Estos casos de estudio me permiten analizar corredores transfronterizos con distintas dinámicas históricas, políticas y económicas. Al revisar la literatura sobre los casos de estudio, pude observar que todos tienen distintas tradiciones históricas de migración, y existen distintos niveles de fortalecimiento institucional de la sociedad civil organizada que trabaja con las personas migrantes, aunque en todos los casos la sociedad civil figura más que el Estado en la búsqueda de la integración y/o asistencia de las personas migrantes. Sin embargo, todos los casos de estudio tienen en común el aumento sin precedentes de la migración de tránsito en cada región, lo cual ha resultado en una necesidad de políticas para proveer servicios básicos como acceso al trabajo, salud y vivienda. 

Como parte de los siguientes pasos de esta investigación, estaré trabajando en una evaluación de los datos publicados por las instituciones migratorias en los países de los casos de estudio para identificar cuales son los usos principales de los datos, las categorías más utilizadas y poder realizar una comparación de los datos publicados en los diferentes casos de estudio. Me interesa profundizar sobre el uso de datos en contextos de baja tecnología y sobre la protección de datos personales de las personas migrantes, para empezar a delinear un estándar de datos de migración que tome en cuenta estos retos desde un inicio. Por último, para evaluar la versión preliminar del estándar, me interesa contactar a expertas y expertos en migración de la región, organizaciones de la sociedad civil y servidores públicos para obtener retroalimentación y hacer ajustes basados en las necesidades detectadas por posibles usuarios. 

 

Bibliografía:

  1. Dilla, H. (2008). Los complejos urbanos transfronterizos en la frontera. En H. Dilla (Coord.), Ciudades en la frontera. Aproximaciones críticas a los complejos urbanos transfronterizos (pp. 167-204). Santo Domingo, República Dominicana: Editora Manatí.
  2. Tapia, M. A. (2017). Las fronteras, la movilidad y lo transfronterizo: Reflexiones para un debate. Estudios Fronterizos, 18(37), 61–80.